Eran las once de la noche. Todavía no era verano. Tú y yo jugamos a los amantes enfermizos de locura enamorada. No sé muy bien cómo pasó, pero..., de repente, nuestros labios jugaron a morderse a escondidas en plena luz de la pasión. Nos besamos de diferentes maneras. Al principio, era un beso lleno de dulzura, lo que provocó que el resto del mundo dejase de existir, poco a poco, nuestras lenguas, juguetonas, quisieron explorar en la boca ajena, y finalmente la pasión, de nuevo, se hizo reina de la noche. Así pues, dejamos que nuestros cuerpos actuaran al son de los latidos de nuestro corazón y, entre beso y beso, se te escapó un " te quiero ". Entonces, mi cerebro se percató de lo que eso significaba... y te contesté " yo también te quiero". Así fue cómo comencé a quererte de nuevo, otro día más, un poco más. Un poco mejor.
Escribe sobre lo que conoces... inmortaliza lo que sientes.