Llegaste un día cualquiera prometiendome la vida. Viniste y sacaste de mí las mejores sonrisas. ¿Quién iba a pensar en que serías tú el asesino de ellas? Confiaba en ti, y me traicionaste, pero no quiero reprocharte nada hoy. Solo espero que en tus noches de melancolía recuerdes todo lo que fui, y llores en silencio, o gritando; como quieras, añorando aquel pasado. Aunque sé que eso es tan imposible como buscar entre la paja algún que otro imperdible. Dijiste que yo sacaba lo peor de ti, pero nadie ha dado lo que yo te di. Te diste cuenta de que me pedías y regresaste cual perro arrepentido con el rabo entre las piernas. Creíste que yo caería, y que a ti volvería, y al no ser así, buscaste el modo de derrumbarme. Y siento decirte, que perdiste el tiempo con tus palabras, pues yo lo gané con los hechos. Solo quiero decirte, que la maldad acaba corrompiendo, y aunque hoy te crees invencible, yo espero sentada tu caida porque te aseguro que serás la única persona a la que no le tienda la
Escribe sobre lo que conoces... inmortaliza lo que sientes.