Aturdida, entera. Rota, impotente. Cuando ocurre algo que no te permite llevar la vida que llevabas unos segundos atrás, todo se desestabiliza. Se pone a temblar, se desquebraja. Pero el ciclo vital continua, no espera que te pongas en pie. Tienes que adaptarte a tu nueva situación. Respiras, pues los cambios no siempre son negativos. Pero cómo hacer que la espera se convierta en un viaje interesante y no en una pausa desesperante.
Escribe sobre lo que conoces... inmortaliza lo que sientes.