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Mostrando entradas de noviembre, 2020
 Con los pies sobre la Tierra siento que volvería a cometer los mismos errores que cometí en el pasado, pues de otro modo no sería la persona que soy hoy en día.  Sin embargo, si la vida me diera la oportunidad de volver atrás. No tengo tan claras mis intenciones. Quizá mi conciencia actual no me permitiera repetir ciertos actos. Quizá no podría amarle. Quizá yo supiera quererme mejor. ¿Cómo sería si cambiara el más mínimo detalle? ¿Todavía seguirías aquí? ¿Dejarías de ser una estrella? ¿O todo seguiría exactamente igual? ¿Y yo? Quizá sea mejor no saber nada. No saber cuándo. No saber cómo. No preguntarse qué hubiera pasado si hubiera respirado una vez más aquel día, cuando los nervios me dominaron por completo. Qué hubiera pasado si mis piernas hubieran avanzado un poco más rápido. Qué hubiera pasado si te hubiera dicho "quédate", o si yo me hubiera marchado mucho antes de su lado. Quizá no merezca la pena hacerse estas preguntas. Pero, ¿qué hubiera pasado?

Con los ojos cerrados... estás tú.

 Cerré los ojos al tiempo que llevaba la botella hasta mis labios... Sorbí su contenido y dejé que la cerveza explotara contra mi paladar. Mi garganta estaba en llamas, y el  fuego no se apagó hasta que su líquido cayó refrescante en mi estómago. Así, con los ojos cerrados, pude transportarme a otro lugar. Era un bar, y estabas tú. Ya habíamos estado ahí antes. Casi, casi, podía oler la colonia que tu cuello desprendía. No era empalagosa, me hacía sentir segura. Escuchaba tu respiración y esperaba ansiosa que voltearas la mirada para verte sonreír. Esa sonrisa, capaz de cautivarme en cuestión de segundos. Capaz de enloquecer a cualquier persona. Te escuché hablar, y el tono de tu voz me recordó las razones por las cuáles te amaba tanto. Tú, el hombre más dulce del mundo, también me amaste a mí. Estabas girando la cabeza. Ibas a mirarme. Pero tragué y dejé la cerveza reposar sobre la mesa. Abrí los ojos, y lo único que vi fue mi reflejo en la ventana de mi habitación. Ya no estabas tú,