Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2022

31 de diciembre sin ti.

 Si supiera que iba a encontrarte, te juro que excavaría la tierra con mis propias manos. Si supiera que iba a verte, saltaría hasta el cielo. Si supiera que iba a volver a oírte, cerraría los ojos y no tendría prisa por volver a abrirlos. Hoy no estás y tengo ganas de arrancarme las entrañas para no romperme en mil pedazos. Sin embargo, pienso en ti y sé que me dirías que viva, que aproveche los días... que el día menos pensado, de alguna manera, volveremos a encontrarnos. 

cosas de piratas.

 Vamos avanzando a pasos pequeños, como podría avanzar un tren en mitad de una ventisca. Es mejor ir despacio, con pasos más seguros, que correr sin saber muy bien hacia dónde quieres ir. Es como quien emprende una expedición en la que debe surcar los siete mares, cuando aquello que andaba buscando estaba a tan solo tres pasos de distancia. Tú y yo somos como un par de piratas naufragando en una isla desierta. No sabemos cuánto tiempo estaremos varados, pero mientras tanto... somos un amor eterno, un amor tan nuestro que asustaría al mismísimo William Kidd.

puñales

 Suena música en inglés y yo siento que es un puñal atravesándome la piel. El ritmo es tan lento que también ralentiza mis latidos. No sé bien qué es esto que siento aquí dentro. supongo que es nostalgia; melancolía. Supongo que es el paso del tiempo y los recuerdos de un pasado que dolió; de un pasado que sanó. Suena otra canción... todavía es más lenta que la anterior. Suena... y el puñal se clava un poco más.

si...

 Si algún día volvieras a mirarme con esos ojos llenos de deseo, si tus labios volvieran a ser presa de tus dientes, si tu piel enrojeciera cuando yo me acercara... Volvería a besarte. Volvería a besarte, aun sabiendo que ese beso es como una dinamita para mí; aun sabiendo que tu rostro, que tus labios y tus ojos, volverían a irse como cada vez que nos acercamos... aun sabiendo que si no te vas tú, acabaría marchándome yo. ¿Acaso me iría mejor si reprimiera mis ganas de amarte? ¿Acaso iremos mejor si no vivimos el instante que tenemos delante? ¿Si por una vez... nos dejásemos pasar de algo? Pero, es que, si tú volvieras a mirarme con esos ojos llenos de deseo...

Quisiera

 Te juro que no quiero alejarme como lo hago; que no quiero enfriarme justo después de arder a tu lado. Te juro que quiero quedarme contigo. Que quiero quererte siempre como mereces, que quiero hacerte temblar, que quiero que vibres cuando mis labios te rocen... que quiero que sientas que la eternidad tan solo es el principio. Te juro que amo cada parte de ti y, que aunque vuele lejos, mis alas siempre quieren volver junto a ti. 

Y me gusto yo.

 Me gusta cuando dices que piensas en mí. Me gusta que sepas que prefiero el papel a las teclas y que prefiero el café si también me sabe a ti. Me gusta que sepas que mis ojos cambian de color según el estado de ánimo que tengo y me gusta que te rías cuando te cuento lo torpe que soy. Me gusta todo. Me gusta que conozcas mis buenas historias y que conozcas también mis demonios; esas partes que no me gustan tanto, pero que también están. Me gusta cuando algo te recuerda a mí: una canción, una puesta de sol, o la vida misma. Me gustan tus ganas, tu fuego... y me gusto yo, cuando me pienso contigo.

La Luna y tú.

Muchas noches veo la Luna y siento que me abraza. Las estrellas me llenan el alma, pero hay instantes en los que las siento mucho más lejanas. Supongo que eso pasa con algunas personas. Están ahí, y dan calor, pero son los brazos de alguien más los que necesitas. Hay almas que son oasis, almas que son como tragos de agua en mitad del desierto; mentes que dan refugio a otras mentes. Cuerpos que, entrelazados con tu cuerpo, son el paraíso. A veces necesito a la Luna... y, a veces, te necesito a ti.

Un poeta

 Un poeta me dijo una vez: Tú... besa. Besa y crea poesía después. Besa con los ojos cerrados, siente con los ojos cerrados, y escribe sobre el beso, no sobre el ser que te besa. Después, si hay algo más que un simple beso; si despierta en ti otras cosas, entonces sí. Entonces mírale, contémplale, y escribe también sobre sus labios, sobre sus ojos, sobre su cuerpo. Pero primero besa... besa como si no vieras más allá de ese beso. No te pongas límites. Las barreras ahogan. Déjate sentir; déjate ser libre.

Solo yo

Nada más verte, te has levantado cual caballero del siglo XIX y has venido a abrazarme. Tus abrazos son tan tuyos; tan nuestros, que no he podido evitar sentir un escalofrío. ¿Sabes? Mi pulso ha alcanzado las 100 pulsaciones por minuto cuando imaginaba tu pierna rozando a la mía, pero tu pierna estaba lejos; tú, estabas lejos. Todo fue muy distinto a unos metros de ahí, ¿recuerdas? La ilusión de un amor recién nacido, de un amor inconfeso. Pero te he mirado a los ojos y he comprendido que ya está: que todo ha sanado, que el dolor marchó con el amor y que ya no queda nada. Solo yo.

Confinamiento.

 No me importaría en absoluto pasar unos días recluida en casa. Buscar la compañía de los libros y algún que otro beso tuyo. Bucear en el jardín de Ayla, impregnarme del olor a flores, escuchar ronroneos de amor y volver al calor de casa.  No me importaría en absoluto desconectar del mundo ajeno; coger tinta y algún folio, y escribir hasta que mis dedos ya no pudieran sujetar el boli ni un segundo más; perderme en tu mirada, dormir, y volver a empezar cuando mi cuerpo quisiera despertar.

poesía.

 Hubo un tiempo en el que verte sonreír era lo único que necesitaba para escribir cien mil versos.  Cuando cerramos la puerta a aquel universo, yo debí encerrar también a mi poesía. No podría asegurarlo, pero no me cabe la menor duda: mis poemas fueron los rehenes de este amor inconcluso.  Con el tiempo debió abrirse una grieta lo suficientemente grande como para que escaparan.  Aunque, no sé. Quizá los dejamos volar tan libres que decidieron volver a mí aquel día en el que comprendí que yo también podía ser poesía de vez en cuando. El caso es que ahora, cuando te veo, las letras salen solas, pero ya no necesito verte para escribir. Supongo que es a eso a lo que se refieren cuando hablan de sanar y madurar. Yo elegí la libertad, pero no te excluí de ella. Por eso ahora, de vez en cuando, nos encontramos volando libres a cien mil kilómetros sobre el suelo... y cómo nos queremos cuando estamos tan arriba.

Sueños.

 Por mucho que pase el tiempo, cuando te pienso, quiero romper a llorar. Nunca creí que dolería tanto aceptar el maldito ciclo de la vida y, sin embargo, mi corazón se rompe cada vez que cae en la cuenta de que jamás volverá a compartir el ritmo de tus latidos. No sé, ojalá una de estas noches podamos volver a abrazarnos... aunque solo sea a través de los sueños.

Risas

 Las risas desinteresadas que salen del alma,  las risas curiosas; sencillas. Las risas eternas. Ojalá hubiera alguna forma de guardar para siempre, en mi recuerdo, tu forma de reír.

No hay amor que dure.

 Me enamoré perdidamente de ti cuando te hice protagonista de mis historias. Te creé, sin darme cuenta, a mi antojo: te inventé. Hoy te miro y no hay vuelta atrás. Me enamoré de la mentira que tú mismo te creíste... y no hay amor que dure si no hay a quién amar.

demasiado arte.

 Nuestra historia terminó mucho antes de empezar. Tú no eras para mí y está claro que yo tampoco fui para ti. Éramos demasiado arte para una sociedad que carece de emociones. Quizá en otra vida tu melodía se acople mejor a mis letras. Quizá en otra vida sí podamos darle alas a este amor que algún día los dos sentimos.

Quisiera.

 Quisiera pasarme la noche durmiendo contigo. Abrazarme a tus sueños y hablar de la vida durante horas. Quisiera de nuevo luchar por tus miedos. Hacerte reír sin dolores. Quisiera y quisiera... Quererte otra vez.

FLOWERS

 Lo mejor de la vida es cuando entiendes tu universo como si fuese un jardín lleno de posibilidades. Tú tienes el poder de saber qué flores te dan alergia y cuáles tienen propiedades curativas para ti. A veces hay que arrancar de raíz esas malas hierbas que no te dejan crecer, pero a veces sabes que es mejor dejarlas ahí; dejar que te sorprendan cuando florezcan. Tú eliges. ¿Consigues un esqueje? ¿Riegas? ¿podas? Tú eliges.

En un papel

 Escribir en un papel todo lo que aún está por suceder. Hacerlo realidad. Sorprenderse con las cosas que no estaban previstas. Fluir, dejarse llevar por los ríos de la imaginación.  Naufragar en un océano lleno de posibilidades... y cerrar los ojos porque lo mejor... lo mejor SIEMPRE  está por llegar.

Despacito.

 Quiero que me toques despacito, sin prisa, que este último año, que estos últimos meses, hemos estado faltos de tacto; de contacto. Empápate de este momento, de mi piel; bésame. No hay prisa. Quiéreme eternamente esta noche. Vamos a entregarnos el alma, por si todo vuelve atrás y volvemos a mirarnos a través de este balcón.

Para todos, somos pasado.

 Para todos, no somos nada. Ni siquiera saben que hemos vuelto a vernos. Parece una locura ser capaces de escondernos en un lugar tan pequeño. Para todos, somos pasado. Yo me conformo con que tú sepas que la mitad de mis sonrisas de este último tiempo... te las debo a ti.

Ahora

 Como si supiera qué quiero decirte, te hablo, y te hablo sabiendo que sabrás que todo sigue igual. Pero, ¿y si mañana ocurre algo? ¿Y si me quedo sin decirte que espero que estés bien? Ya no estamos para juegos, aunque el corazón quiera jugar. Hoy me importa la verdad. El ahora es lo real y ahora... ahora quiero saber cómo estás.