Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2015

Legado de una tragedia.

<<Nunca fuimos novios, pero ¡Cómo nos amábamos!>> Aquella estúpida oración, fue el legado de su tragedia. Nunca superó admitir aquellas palabras. De hecho, le dejaron como firma, un dolor incomparable en el corazón. Todavía recuerdo el día en el que me lo contó. Ella llegó a mi casa con las mejillas empapadas por sus lágrimas, y con el pecho entre sus manos, me dijo: "¿por qué me está latiendo el corazón, si yo ya estoy muerta? La verdad es que no supe qué contestarle. Nunca en la vida había visto tanto dolor. Le miré a los ojos y vi que estaban rotos, desgarrados por aquel infierno que le había tocado vivir. Los tenía casi tan rojos como su camisa, y las pupilas parecían ya estar algo desgastadas. -¿Qué ha pasado? -le dije al fin. -Ha muerto. -¡¿Qué?! -me sorprendí porque no tenía ni idea de quién era el fallecido-. ¿Quién ha muerto? -... Suspiró. Así que le tendí una caja de pañuelos, y le preparé una tila bien caliente, porque aquella conversación iba a s

Cualquier segundo puede ser el último...

Era un martes cualquiera de abril. Lo recuerdo como si fuese ayer... ¿Lo sería realmente? Estábamos las dos en mitad de una discusión: <<¿Ahora o mañana?>> tú defendías la segunda opción, ¿te acuerdas? decías que ahora no estabas preparada,  y que seguramente, con algún día más de preparación, lo harías mucho mejor. Gracias a eso, aprendí que el miedo nos condiciona a diario. Por ejemplo, si queremos hablar con alguien, tenemos miedo de que la otra parte no quiera. Miedo a lo que pensará, miedo a no tener los resultados que esperamos.... Pero una persona muy sabia dijo que el miedo es la ausencia de felicidad. Por lo tanto, si hacemos aquello que nos hace felices, no tenemos miedo. De lo cual, podemos deducir, que el miedo no existe. Sí, parece una locura decir que el miedo no existe. Pero mira, si con felicidad, no hay miedo. Con dolor, todavía menos, porque el dolor se acaba superando, y por lo tanto... volvemos a la felicidad. Toda la vida ha habido disputas entre e

Es un poco irónico...

La verdad es que no sé muy bien cómo me siento. Yo soy de las personas que siempre dicen: "sigue adelante, si no lo intentas... no sabrás cual es tu recompensa. Nunca te rindas... no camines hacia atrás por el camino que tanto tiempo te ha costado construir. No lo destruyas." En cambio, soy de las primeras personas que tienen ganas de tirar la toalla. Está claro que no voy a hacerlo... por mí, porque no puedo permitirme eso. Pero es un poco irónico vivir esta situación. "Yo siempre estoy para todos, pero nadie está para mí." Esto es lo que suelo pensar cuando siento que no puedo más... Pero ahora, en este momento, me he dado cuenta de que el verdadero problema es que sí que hay gente y, por el contrario, soy yo la que no les deja ayudarme. Pero claro... quién diablos va a poder ayudarme, si ni siquiera sé lo que me está pasando. Hace tiempo, alguien me dijo que detrás de las nubes, el cielo siempre tiene el mismo color. Que en realidad, no es ninguno. Pero vam

Sin saber cómo, me enamoré de ti.

Todavía recuerdo aquella noche... No podía dormir, y salí a pasear. Quién me hubiera dicho que tú cabeza te ordenaría justo lo mismo que la mía. Cuando salí de casa, no sabía por dónde ir. Izquierda, derecha... <<Qué más da>> pensé. Al fin y al cabo, siempre han dicho que todos los caminos llevan a Roma... o al amor, ¿no? así que me decidí por la izquierda... quizá porque era la Luna la que estaba a ese lado, y a cada paso que daba, me sentía un poco más cerca de ella. No sé cuánto tiempo pasó, pero recuerdo que vi todo tipo de estrellas aquella noche. Algunas brillaban más que otras... y fue tan mágica aquella sensación, que decidí tumbarme en uno de los campos que había a mí alrededor... ¡Qué hermoso era todo! Pude ver la Osa Mayor, Escorpio.... e incluso, con mucha imaginación, pude ver a Virgo... mi signo del Zodiaco. Me maravillé tanto que encendí el móvil para poder iluminar mi libreta y poder escribir unas cuantas letras sobre todas aquellas constelaciones. Co
Buenos "medios días", como digo yo. Realmente, no sé cómo me va a salir esta entrada, porque mis horas favoritas para escribir son las nocturnas. Quizá es por el silencio, que calma los latidos de mi corazón, o por todo el ruido que, al mismo tiempo, hace mi cabeza... Pero vamos, allá voy: Ahora mismo, estoy oyendo a Linkin Park y, no sé, me están dando ganas de escribir cómo me siento respecto a un tema en particular: La paz. Sí, desde que somos pequeños, festejamos el día de la paz como si fuese algo obvio, pero, ¿Sabéis una cosa? La paz, en nuestro mundo, no existe. Quiero decir, cuando tenemos un problema con una persona, normalmente... casi el 100% de la población, lo solucionamos  a gritos, e incluso, algunas veces, a golpes. ¿Cómo podemos pretender que haya paz entre siete mil millones de personas, si ni siquiera somos capaces de conseguirla entre dos? Bien, yo propongo una cosa. ¿Por qué no respiramos profundo antes de tomar alguna que otra decisión? ¿Por qué

¿Confianza vs Libertad?

Era verano cuando me pediste que confiara en ti. ¿Te acuerdas? Me dijiste, exactamente, estas palabras: "Yo no soy como el resto. Yo no voy a fallarte." Y yo, asentí, queriéndote dar un voto de confianza al mismo tiempo que sentía que me fallarías algún día. ¿Sabes? Me daba pánico darte mi vida con la condición de que tú nunca me lastimarías, pero bueno. Siempre he creído que la confianza es la única base que sustenta cualquier tipo de relación. Sin ella, no queda nada por lo que luchar. Por otro lado, todo el mundo se marcha. Nadie, vive para quedarse porque, simplemente, estamos aquí de paso. Como dice una amiga mía: "La libertad es un camino que se vive el soledad." Pero si es verdad, ¿De  qué sirve la confianza? ¿Podemos condicionar a alguien a perder su libertad? O ¿La confianza y la libertad pueden complementarse? Confiar, significa creer (según mi punto de vista) Y libertad, significa creer que puedes hacer algo, y encontrar el modo de hacerlo (Ta

"Con solo una mirada"

Era un día normal de primavera; la sangre empezaba a alterarse conforme iban saliendo las flores de entre los árboles. No hacía una temperatura para nada complicada. Es más, corría una tímida brisa que suavizaba el calor que estaba corriendo por aquel entonces bajo mi piel. Tiempo atrás, alguien me dijo que una mirada podría parar el mundo en cuestión de segundos, y que también podría cambiar mi vida. Naturalmente, yo no le creí. ¡¿Cómo una simple mirada iba a causar semejante efecto?! No podía ser. Era imposible. Pero cuando decidí tirar esa teoría a la basura, para siempre, apareciste tú. Llegaste y me sonreíste como se le sonríe a cualquier desconocido; con vergüenza, con miedo y con... con amor. Sí, con amor. Supongo que parecerá extraño eso de saludar de manera amorosa a un "Don Nadie" pero es que no es un amor como otro cualquiera... Es amor a lo que vendrá. Amor a descubrir todo lo que está por llegar. Poco a poco, te empecé a conocer... empecé a enamorarme de la
El dolor, por definición, es ausencia de bienestar. Cuando nos pegamos un golpe, nos duele. Cuando nos caemos, nos duele. Cuando nos enamoramos, y nos fallan, nos duele. Cuando nos decepcionamos, nos duele. Cuando nos mienten, nos duele. Cuando alguien muere, nos duele. Cuando nos utilizan, nos duele. Cuando nos fallamos a nosotros mismos, nos duele. Cuando nos rompen el corazón, nos duele. Cuando perdemos a alguna persona, nos duele. Cuando no sabemos quiénes somos, nos duele. Cuando no sabemos nada, nos duele. Cuando no conseguimos nuestros sueños, nos duele. Cuando no podemos más, nos duele. Cuando no sabemos qué hacer, nos duele. Cuando no encontramos lo que queremos, nos duele. Podría seguir así eternamente, pero no. Creo que he dejado claro el mensaje: todo duele. El dolor está en todas partes, así que te aconsejo que cuando sea la felicidad la que ronde tu vida, no la dejes ir. No pienses en lo que pasará dentro de unos meses, dentro de unos días… no pienses en eso. P