Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2020

La furia de Irene

Sonaba La obertura de los esclavos felices en el fonógrafo mientras ella peinaba su larga cabellera. Cada mechón parecía haber sido bañado en oro. Era resplandeciente, inigualable… En la mesilla de noche descansaba un ejemplar de Romeo y Julieta  y al girar su mirada hacia allí, no pudo evitar sonreír. Su vida se había convertido en una obra más de Shakespeare.  Su prometido, Jaime, estaba esperándola en el comedor, tomando un Whisky doble junto a su futuro suegro. Charlaban sobre las propiedades que cada uno poseía, y sobre cómo Jaime se convertiría en Duque una vez que contrajera matrimonio con Irene. La primogénita de sus cuatro hijas. -Tu escuadrón de batalla deberá tenerte todavía más respeto, Coronel -dijo Eduardo. -No creo que puedan respetarme más de lo que ya lo hacen, con todo el respeto -alardeó. Eduardo lo miró con resquemor, si no hubiera pactado con tu padre este esperado enlace, jovencito, no toleraría el tono de tus respuestas. Te echaría de inmediato de esta

San Unidos

Hace mucho, mucho tiempo, una familia habitaba una humilde morada en mitad de un bosque.  No estaba demasiado alejado de la aldea en la que habían vivido antiguamente. Una aldea sencilla y llena de vida, que atacada por los enemigos había quedado casi vacía; ocupada solamente por estos monstruos y las almas perdidas de los antiguos vecinos. Adriana, una niña de siete años, a menudo soñaba con su antigua habitación; grande y llena de juguetes. Su mejor amiga, un poco más mayor que ella, vivía a pocos metros y pasaba el día jugando allí. No recordaba demasiado de su vida anterior, pues tenía solo cuatro años cuando tuvieron que huir y esconderse entre los árboles; árboles que más adelante se convertirían en las paredes de su cálido hogar. Pero cuando recordaba los juegos con María, sus ojos se convertían en cascadas de lágrimas y echaba de menos sentirse tan viva como se sentía antes. Sus padres les habían prohibido, tanto a ella como a sus dos hermanos alejarse más de doscientos

Te estoy abrazando

Cierra los ojos, abre tus brazos. Suspira un segundo, te estoy abrazando. Toma mi mano, cógela si la necesitas; cógela que juntos, tenemos más vida. Para y respira, que el mundo ha sanado. Para y expira, que no sea en vano. Las muertes me queman, la vida es pequeña. Disfruta el segundo y dame otro abrazo. Te siento tan cerca estando tan lejos que cierro los ojos esperando que duela. Choca tus manos, aplaude con ganas. Mira el vecino: cercano y humano. Escucha, cariño, quédate en casa. Cuida a los tuyos, que todo se pasa. Un día se suma a tus días. No olvides cuidarte y darte alegrías. Para y respira. El pico alcanzamos. Para y expira, que ya casi estamos. Cierra tus ojos, abre tus brazos. Suspira un segundo, te estoy abrazando.

Ahí estás tú

Confundida me abro paso entre la niebla. Estos edificios me vieron crecer. Las mesas que hoy sostienen tazas de café, un día me sostuvieron a mí y a mis amigas mientras jugábamos al escondite. Han pasado  demasiadas Lunas desde entonces. Las calles que hoy se caen a pedazos, ayer eran el cobijo perfecto cada cumpleaños.  Las rocas se están tambaleano, el centro está precioso. Sonrío. Al menos algo sigue ahí.  No quiero irme de aquí. La vida pasa, deprisa. Muy deprisa. Un día echaré la vista atrás y este momento me parecerá muy lejano. Quizá sea el recuerdo de otra persona.  Sigo caminando. Hace frío. Mis manos están a punto de convertirse en hielo. Frío. Frío. Mucho frío. Pienso en ti, y el frío desaparece. No quiero que te vayas. Busco en mi mochila, tengo algo para ti. Quién iba a decirme que mi viejo compañero en las noches de insomnio iba a serme útil ahora. Envuelve mi alma entera para que la leas. Pienso en ti, quédate. La vida son instantes, y cada instant