Desde hace quince Lunas paso cada día por una casa en ruinas y, aunque a simple vista pudiera decir que es siempre la misma, estaría completamente equivocada. Nada es igual que ayer, siquiera nosotros. La flor que hoy yace marchita por el invierno, no es la misma que explotó en vida la primavera pasada. Pero, esa flor volverá a surgir; vivirá y dentro de unos meses sus colores volverán a cautivarme. Sin embargo, no será la misma. Lo mismo pasa con las grullas que migran cuando llega el frío. Cuando llega noviembre sabemos que, tarde o temprano, aparecerán. Sabemos que volverán en primavera y que sus cantos nos acompañaran durante varias noches. Sabemos que pasarán, e incluso nos asomaremos al balcón para verlas volar; son magníficas. Sentiremos que las conocemos, pero no son las mismas que vimos volar antaño, aunque lo sean.
Escribe sobre lo que conoces... inmortaliza lo que sientes.