Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2017

Amanecer entre whiskys.

El sabor del whisky me recuerda a tus besos; amanecer estrellado en tus labios. Irónico, ¿verdad? que un olor, un sabor... funcione como máquina del tiempo y me lleve exactamente al lugar donde te vi, por primera vez. Donde te vi... de verdad. Te había visto muchas veces antes, y había reído contigo, pero nunca había sonreído por ti. Hasta ese momento. Hasta ese instante donde conseguiste que todas mis terminaciones nerviosas se pusieran a temblar. A temblar por ti. Por lo que me hacías sentir con tan sólo mirarme. Imagina cómo fue todo cuando nuestros labios se rozaron por primera vez... En ese instante, y en el siguiente... me di cuenta de que quería que te quedaras en mis días, en mi vida, en mis sueños... Pero no supe cómo decirlo sin que el miedo fuera el encargado de echarte de mi lado. Te quise. Te quise sin saber muy bien cómo había llegado a ese punto, Te quiero. Todavía te quiero. Todavía te recuerdo cuando me sirvo una copa y me asomo por la ventana imaginando q

Amor.

No es que ahora odie hablar sobre el amor; lo que pasa es que odio hablar del amor cuando me refiero a ti. No hablo de ti, en sí... sino de ti, sin mí. De ti, sin referirme al nosotros.. ¿entiendes? No odio al amor. Sería una paradoja tan grande que acabaría desgarrando al corazón que me sostiene, todavía, con vida. Odio al recuerdo del amor que me dejaste cuando, por primera vez, susurraste "te quiero" clavándome tu mirada, intentando descubrir mis sentimientos. Así que sí, odio hablar del amor cuando ya no puedo referirme al nuestro.
Te quise tanto, y ni siquiera sabía que lo hacía. Te quise a medias; porque no me permitía hacerlo. Te quise; te quiero. Te espero. Te siento, queriendo perderte, y olvido que si no estás, no sé cómo sostenerme.