Ir al contenido principal

Feliz 2017

Realmente el título de este post no tiene mucho que ver con el contenido, pero quería aprovechar el espacio para desearos un próspero año nuevo.

 Desde mi punto de vista, simplemente vamos a pasar del día 31 de diciembre, al 1 de enero, no va a haber un cambio drástico, pero entiendo que haya gente que espere que sea el comienzo de algo bueno, o que sea el fin de un año lleno de desesperanza, así que para todos los que pensáis así: FELIZ AÑO NUEVO. Para el resto, deseo que tengáis un feliz día, como cualquier otro.

En fin, de lo que quiero hablar hoy, es de otra cosa.

Hace mucho tiempo leí,  en algún sitio, que "no hay que volver al lugar donde algún día fuimos felices" porque ya nunca volverá a ser de la misma manera, y no lo recordaremos con la misma alegría. Si volvemos a algo que nos hizo bien, y todo ha cambiado, nuestra percepción cambiará. Y la persona que dijo esto, tenía razón, pero no estoy de acuerdo.

Durante toda mi vida he sido una persona que ha creído en el perdón, en las segundas oportunidades, y en el amor. He creído que no hay más injusticia que callar un pensamiento, y he considerado que reprimir lo que sentimos es una forma sigilosa de asesinarnos a nosotros mismos.

Me he equivocado, sí. Muchas veces.

Me he aferrado a personas que han buscado destruirme y he dejado atrás a aquellas que siempre han buscado lo mejor para mí. He tomado  malas decisiones, me he desnudado el alma entre versos para que el dolor desapareciera un poco, cuando no sabía cómo gritar que no podía aguantar más.

He cometido errores. Muchos errores.

He fallado a gente que no se lo merecía, y me he fallado a mí,que tampoco lo merezco.

He querido a otras pieles más de lo que he querido a las mías, y  he conocido el amor en todas sus facetas. Me he sorprendido a mí en mitad de un ataque de pensamientos contradictorios. He dicho "sí" cuando todo mi cuerpo pedía "no". He dejado de hacer cosas por miedo a que no salieran como esperaba.

He mentido. He hecho las cosas mal. He querido que todo fuera distinto. He ocultado la verdad cuando dolía mucho más que una mentira. He cerrado los ojos y me he negado a mí misma sentir eso. Me he negado sentir.

He abandonado lo que me hacía feliz, porque no quería decepcionarme.

No tengo miedo a aceptar que he metido la pata, muchísimas veces.

No tengo miedo, repito, y ¿sabéis por qué?

Porque todo esto me ha hecho cambiar.

Me he enamorado un montón de veces de momentos, en los que he comprendido que no podía detenerme. He sido feliz los segundos que tenía antes de asumir que debía buscar otro camino. He aprendido a gritar lo que siento. He pedido perdón, y he sabido perdonar (que es todavía más difícil)

Sobre todo, he asumido que no importa cuánto te quieran, si tú no sabes querer(te). Es mucho más importante amar, que ser amado, y es por eso que me he detenido a amar todos los pequeños detalles de la vida.

He querido inmortalizar momentos con mi cámara, pero también con mis sentidos. He tocado, he olido, he mirado, he escuchado, he saboreado absolutamente todos los momentos que quería guardar en mi mente, y en mi corazón.

He buscado mi equilibrio.

He conquistado mis sueños; he luchado cada día por reconstruir lo que yo misma destruí.

He dado oportunidades a las personas que me han demostrado que querían formar parte de mi vida, y he dejado ir a aquellas que no querían permanecer, por mucho que yo me sintiera mejor cuando estaban cerca de mí.

Sigo haciendo las cosas mal, pero al menos ahora puedo decir que estoy empezando a volver a ser yo.

Y puedo asegurar que merece la pena volver a los sitios en los que alguna vez has sido feliz... no importa que ya no sea como antes, de verdad que no importa. Que no sea igual, no significa que sea peor... y, joder, si algo te hace feliz, ¿por qué huir de ello? ¿Por qué? ¿Es porque salió mal? ¿Es porque todo se torció? ¡¿Y qué?!

Nada es perfecto, todo tiene sus rotos.... incluso nosotros. Estamos llenos de cicatrices que cuentan nuestras historias, y el tiempo nos enseña a quererlas. ¿Por qué no aprendemos a querer los pedacitos que quedan de nuestro pasado?

Vuelve. Construye algo nuevo con las partes que se han quedado descolocada. No huyas. Quédate.

Quédate.

Quédate.

Crea. Crea algo nuevo...

No te aferres a algo que ha desaparecido, aprende de los errores del pasado y construye algo más estable... Pero vuelve.

Vuelve.

Vuelve.


                                                                                     No tienes que volver a alejarte.

Comentarios

Entradas populares de este blog

y tú tampoco estás.

 Normalmente esto lo hubiera escrito de puño y letra y nunca hubiera visto la luz, pero estaba con el ordenador encendido y las ganas de escribirte me han podido. No he querido levantarme, prender la luz, perder el tiempo... Necesitaba decirte que lo siento, que estoy ardiendo por dentro de la pena que siento. Siento haber estado tan cansada algunas veces como para no sonreírte un poco más, como para no pasar a verte, como para no abrazarte con más fuerza. Siento haber estado triste algunas veces; enfadada otras. No contigo, no por ti, con la vida. Siento no haber sido siempre justa, no haberte tratado como tu alma se merecía.  Lo siento. Siento no haberte visto una última vez, no haberte dicho una vez más lo mucho que te quiero. Siento no haber llegado a ser la mujer que esperabas que fuera. Siento que no hayas conocido a esa bebé de la que siempre hablábamos. Te quiero. Siento no haberte escrito más poesías, no haber terminado antes mi libro; no haberte regalado esa segunda parte que

A corazón abierto

 El otro día tuvimos una conversación a corazón abierto -con nadie puedo, más que contigo-. Eso fue lo que me dijiste y yo callé un -me pasa lo mismo. Contigo desnudo mi alma sin pensármelo dos veces-. Pero para qué decírtelo, si cada vez que nos miramos nos vemos por dentro; si cada vez que nos abrazamos volvemos nuestros cuerpos eternidad hasta que el mundo real nos vuelve a avisar. Cada vez que tú me hablas, cada vez que te abres conmigo, siento ganas de ponerme a escribir. Quizá sea porque así fue nuestro comienzo, entre letras. Quizá sea porque quiero eternizar también tu alma, tus emociones, el amor que siento por ti. Quizá sean muchas cosas las que me tengan ahora aquí, entre el humo del incienso, sintiéndote, aunque no estés. Nos debemos unas cuantas estrellas, una noche en la que los recuerdos del pasado se vuelvan presente. Una noche donde solo estemos tú y yo. Somos dos almas que se encuentran a menudo y cuando eso pasa, nos amamos como se aman los artistas;  creando, sintié

agua salada en mi habitación.

 Me siento en la orilla del mar y, aunque son mis sábanas las que acarician mis piernas, siento cómo el agua salada roza mi piel. Solo veo esta oscura habitación y, sin embargo, al cerrar los ojos puedo ver un hermoso atardecer. Las nubes se tiñen de fuego y el agua refleja las brasas que calientan mi alma. Escucho a Lauren Renon, "Me and the Neon" y quiero creer que esa melodía que resuena en mi mente, no es otra que la de las olas golpeando con unas rocas que acabo de inventar. Qué bonita es la imaginación, ¿verdad? Que puede hacernos vivir lo que vimos y, al mismo tiempo, vivir aquello que nos gustaría estar viviendo.