Diciembre.
Quedan pocos días para que este año llegue a su fin, y otro nuevo comience.
Cuanto más perdida me encuentro a mí misma, más cerca siento tu ausencia.
360 días y un millón de noches han pasado desde que tus manos rodearon mis miedos por última vez.
No estás, y el frío se ha clavado en lo más hondo de mi ser. Intento sonreír, pero la llama que mantenía viva mi mirada, se ha perdido. Has sido la peor tormenta de la que podría haberme enamorado, pues has calado todo lo que me mantenía cuerda.
Dices que todo va bien, mientras me sonríes como sonreías cuando querías que te besara.
Tomo café, mientras veo que tú ya has cambiado de gustos.
¿Por qué?
He vuelto yo a perder, porque han quedado mil cosas que hacer.
Quedan pocos días para que este año llegue a su fin, y otro nuevo comience.
Cuanto más perdida me encuentro a mí misma, más cerca siento tu ausencia.
360 días y un millón de noches han pasado desde que tus manos rodearon mis miedos por última vez.
No estás, y el frío se ha clavado en lo más hondo de mi ser. Intento sonreír, pero la llama que mantenía viva mi mirada, se ha perdido. Has sido la peor tormenta de la que podría haberme enamorado, pues has calado todo lo que me mantenía cuerda.
Dices que todo va bien, mientras me sonríes como sonreías cuando querías que te besara.
Tomo café, mientras veo que tú ya has cambiado de gustos.
¿Por qué?
He vuelto yo a perder, porque han quedado mil cosas que hacer.
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