Hay quien dice que no hay refugio en las palabras. Sin embargo, yo creo que son las palabras el mejor escudo posible, así como, mal empleadas, también pueden ser un arma letal; un arma completamente destructiva.
Las palabras son, desde mi punto de vista, la totalidad de la vida.
Quizá no la totalidad, pensándolo mejor, pero sí son el eje sobre el que gira nuestra vida:
La comunicación.
Siempre ha sido así. De una forma u otra, con palabras, gruñidos, trinos o maullidos, con aleteos, zumbidos, o con señales eléctricas u olorosas, como las plantas... la comunicación marca nuestro día a día.
Si yo te digo "te quiero", lo sienta o no lo sienta de verdad, algo va a cambiar.
Cambiará si tú contestas un: "gracias", un "yo a ti también te quiero", "lo siento, no te quiero", "te quiero, pero...". Cambiará si no contestas, pues el silencio también es comunicación. Cambiará, pase lo que pase.
Así que sí. Hay refugio en las palabras.
Hay poderío en las palabras... hay vida en las palabras...
¿No nos refugiamos a veces en un libro?
¿Una canción?
¿Una película?
Las palabras lo son todo... y si no, si no lo son todo, son el aliento que nos mantiene viviendo...
Son la manifestación de las emociones que nos permiten estar vivos... y no simplemente viviendo.
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