Ir al contenido principal
Mientras corría por el parque tenía la sensación de que todo iba a cambiar, lo sentía en cada poro de mi piel, en cada parte de mi cuerpo. Desde hace algún tiempo ya nada es lo que era antes, pero nunca se me ha dado bien aceptar los cambios. Nunca se me ha dado bien superar ciertas cosas.

A la mañana siguiente volví a temer sentir lo mismo que el día anterior así que decidí cambiar mi forma de afrontar el día. Casi todas las mañanas me dedicaba a salir a correr con la luz del alba y así poder aclarar mi mente, pero ese día no podía permitírmelo, tenía demasiadas cosas que hacer. Fui a la biblioteca de la comarca y sin darme cuenta, encontré lo que ni siquiera sabía que estaba buscando.

   -Hola, ¿puedo ayudarte en algo?
   -Buenos días. sí, sí. Me encantaría. Estoy buscando un libro que hable de los sentimientos.
   -¿Sentimientos en particular o en general?
   - En particular. Mire, ayer sentí algo y me gustaría saber si significa algo.
   -Mmmm....-Murmura mientras busca entre los estantes.- Tengo el libro adecuado.
   -¿Cómo se llama?
   -"Lo que siento y dejo de sentir continuamente."
   -Muchas gracias.
Sin decir una palabra más, salí del edificio y fui corriendo a "San Juan", es un lugar al que suelo ir cuando necesito pensar y estar en silencio, o más bien, con el ruido que hacen los peces cuando salen del agua a ver nuestro precioso pero injusto mundo.
Me puse a leer el libro, que por cierto, el título parecía ser el adecuado... Y no encontraba nada. Pasé página por página, y cuando lo acabé, vi que alguien había dejado una nota:
"hola, sé´por qué has cogido este libro porque yo también lo hice en su momento. Seguramente no habrás encontrado la respuesta a tus preguntas, pero después de mucho tiempo pensando, creo que yo tengo lo que estás buscando, y seguramente, ni siquiera sepas que estás buscando. Llámame al 97867896."
Leer esa carta, me asustó, porque esa persona había escrito exactamente lo que yo quería leer. Sin perder un segundo le llamé y me dijo que podíamos vernos dos horas más tarde en la plaza, en el bar más solitario de la ciudad porque de lo que íbamos a hablar no se podía enterar nadie....
(continuará...)

Comentarios

Entradas populares de este blog

y tú tampoco estás.

 Normalmente esto lo hubiera escrito de puño y letra y nunca hubiera visto la luz, pero estaba con el ordenador encendido y las ganas de escribirte me han podido. No he querido levantarme, prender la luz, perder el tiempo... Necesitaba decirte que lo siento, que estoy ardiendo por dentro de la pena que siento. Siento haber estado tan cansada algunas veces como para no sonreírte un poco más, como para no pasar a verte, como para no abrazarte con más fuerza. Siento haber estado triste algunas veces; enfadada otras. No contigo, no por ti, con la vida. Siento no haber sido siempre justa, no haberte tratado como tu alma se merecía.  Lo siento. Siento no haberte visto una última vez, no haberte dicho una vez más lo mucho que te quiero. Siento no haber llegado a ser la mujer que esperabas que fuera. Siento que no hayas conocido a esa bebé de la que siempre hablábamos. Te quiero. Siento no haberte escrito más poesías, no haber terminado antes mi libro; no haberte regalado esa segunda parte que

A corazón abierto

 El otro día tuvimos una conversación a corazón abierto -con nadie puedo, más que contigo-. Eso fue lo que me dijiste y yo callé un -me pasa lo mismo. Contigo desnudo mi alma sin pensármelo dos veces-. Pero para qué decírtelo, si cada vez que nos miramos nos vemos por dentro; si cada vez que nos abrazamos volvemos nuestros cuerpos eternidad hasta que el mundo real nos vuelve a avisar. Cada vez que tú me hablas, cada vez que te abres conmigo, siento ganas de ponerme a escribir. Quizá sea porque así fue nuestro comienzo, entre letras. Quizá sea porque quiero eternizar también tu alma, tus emociones, el amor que siento por ti. Quizá sean muchas cosas las que me tengan ahora aquí, entre el humo del incienso, sintiéndote, aunque no estés. Nos debemos unas cuantas estrellas, una noche en la que los recuerdos del pasado se vuelvan presente. Una noche donde solo estemos tú y yo. Somos dos almas que se encuentran a menudo y cuando eso pasa, nos amamos como se aman los artistas;  creando, sintié

agua salada en mi habitación.

 Me siento en la orilla del mar y, aunque son mis sábanas las que acarician mis piernas, siento cómo el agua salada roza mi piel. Solo veo esta oscura habitación y, sin embargo, al cerrar los ojos puedo ver un hermoso atardecer. Las nubes se tiñen de fuego y el agua refleja las brasas que calientan mi alma. Escucho a Lauren Renon, "Me and the Neon" y quiero creer que esa melodía que resuena en mi mente, no es otra que la de las olas golpeando con unas rocas que acabo de inventar. Qué bonita es la imaginación, ¿verdad? Que puede hacernos vivir lo que vimos y, al mismo tiempo, vivir aquello que nos gustaría estar viviendo.