Ir al contenido principal
Hace tiempo caí y estuve sumergida en un pozo, o al menos eso parecía. No veía salida por ningún sitio y no sabía qué hacer. Abandoné. Dejé atrás todo lo que me hacía seguir. ¿Para qué continuar si no tenía motivos suficientes? Me conformaría con sobrevivir ya que vivir parecía imposible.
Un día de repente reaccioné y me di cuenta que no podía dejar pasar la vida siendo apenas una adolescente. No tenía derecho a echar por la borda todo lo que me había costado tanto esfuerzo conseguir. Me levanté. Apreté los puños y con rabia conseguí ponerme en pie. Nada iba a pararme. Había conocido la sensación de estar perdida, había tocado fondo y ahora me tocaba ser feliz, me tocaba llegar a lo más alto. Lo conseguí. Logré tener en mis manos todo lo que quería. Toda mi familia estaba por fin unida, aunque como es lógico, sus rotos no podían coserse ya... pero estaba unida y juntos afrontaríamos todo. Encontré a los mejores amigos que podía tener, o al menos, eso pensaba yo. Me enamoré y se enamoraron de mí. Triunfé en los deportes y alcancé todo lo que quise alcanzar. Escribí y encontré de nuevo una vía de escape.
Me costó, pero logré todo lo que nunca antes me había propuesto alcanzar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

y tú tampoco estás.

 Normalmente esto lo hubiera escrito de puño y letra y nunca hubiera visto la luz, pero estaba con el ordenador encendido y las ganas de escribirte me han podido. No he querido levantarme, prender la luz, perder el tiempo... Necesitaba decirte que lo siento, que estoy ardiendo por dentro de la pena que siento. Siento haber estado tan cansada algunas veces como para no sonreírte un poco más, como para no pasar a verte, como para no abrazarte con más fuerza. Siento haber estado triste algunas veces; enfadada otras. No contigo, no por ti, con la vida. Siento no haber sido siempre justa, no haberte tratado como tu alma se merecía.  Lo siento. Siento no haberte visto una última vez, no haberte dicho una vez más lo mucho que te quiero. Siento no haber llegado a ser la mujer que esperabas que fuera. Siento que no hayas conocido a esa bebé de la que siempre hablábamos. Te quiero. Siento no haberte escrito más poesías, no haber terminado antes mi libro; no haberte regalado esa segunda parte que

A corazón abierto

 El otro día tuvimos una conversación a corazón abierto -con nadie puedo, más que contigo-. Eso fue lo que me dijiste y yo callé un -me pasa lo mismo. Contigo desnudo mi alma sin pensármelo dos veces-. Pero para qué decírtelo, si cada vez que nos miramos nos vemos por dentro; si cada vez que nos abrazamos volvemos nuestros cuerpos eternidad hasta que el mundo real nos vuelve a avisar. Cada vez que tú me hablas, cada vez que te abres conmigo, siento ganas de ponerme a escribir. Quizá sea porque así fue nuestro comienzo, entre letras. Quizá sea porque quiero eternizar también tu alma, tus emociones, el amor que siento por ti. Quizá sean muchas cosas las que me tengan ahora aquí, entre el humo del incienso, sintiéndote, aunque no estés. Nos debemos unas cuantas estrellas, una noche en la que los recuerdos del pasado se vuelvan presente. Una noche donde solo estemos tú y yo. Somos dos almas que se encuentran a menudo y cuando eso pasa, nos amamos como se aman los artistas;  creando, sintié

agua salada en mi habitación.

 Me siento en la orilla del mar y, aunque son mis sábanas las que acarician mis piernas, siento cómo el agua salada roza mi piel. Solo veo esta oscura habitación y, sin embargo, al cerrar los ojos puedo ver un hermoso atardecer. Las nubes se tiñen de fuego y el agua refleja las brasas que calientan mi alma. Escucho a Lauren Renon, "Me and the Neon" y quiero creer que esa melodía que resuena en mi mente, no es otra que la de las olas golpeando con unas rocas que acabo de inventar. Qué bonita es la imaginación, ¿verdad? Que puede hacernos vivir lo que vimos y, al mismo tiempo, vivir aquello que nos gustaría estar viviendo.