Ir al contenido principal


La verdad es que podría pegarme la vida pidiéndote que sonrías, pidiéndote que seas feliz... Pero sé que no lo harás hasta que quieras hacerlo. Así que no voy a perder tiempo proponiéndote hacer algo que no te apetece; voy a darte motivos por los que sonreír.
Mira, posiblemente tu vida no haya sido fácil, es posible que te haya dado algún revés de vez en cuando (o muchas veces, quizá). No tengo ni idea de qué es lo que te está robando la calma, pero la vida es maravillosa. Puede que si te fijas en lo general, sea horrible. Pero fíjate en los pequeños detalles... fíjate en ti, en tu magnífica sonrisa, fíjate en el sol... que siempre consigue brillar, aunque esté rodeado de nubes; que siempre consigue destacar cuando parece que no hay lugar para él... fíjate en mí, que quizá no soy nada para ti. Pero, en cambio, estoy tratando de hacer lo imposible para que seas feliz. Espero que no seas de esas personas que piensan que el blanco es un color opuesto al negro... porque aunque, en esencia es así,en la práctica son dos colores complementarios. Lo que quiero decir es que espero que aprendas de las cosas negras, de las cosas oscuras... y las apliques a las cosas buenas, a las blancas. ¿Vale? Porque no hay opción de alegría si antes no has conocido el dolor... No te rindas. Nunca cedas, porque hay algo mejor guardado para ti. Ten paciencia... porque detrás de todo este calvario, sé que se esconde algo realmente maravilloso. 
Sonríe, porque la sonrisa de muchas personas depende de la tuya.

Comentarios

Entradas populares de este blog

y tú tampoco estás.

 Normalmente esto lo hubiera escrito de puño y letra y nunca hubiera visto la luz, pero estaba con el ordenador encendido y las ganas de escribirte me han podido. No he querido levantarme, prender la luz, perder el tiempo... Necesitaba decirte que lo siento, que estoy ardiendo por dentro de la pena que siento. Siento haber estado tan cansada algunas veces como para no sonreírte un poco más, como para no pasar a verte, como para no abrazarte con más fuerza. Siento haber estado triste algunas veces; enfadada otras. No contigo, no por ti, con la vida. Siento no haber sido siempre justa, no haberte tratado como tu alma se merecía.  Lo siento. Siento no haberte visto una última vez, no haberte dicho una vez más lo mucho que te quiero. Siento no haber llegado a ser la mujer que esperabas que fuera. Siento que no hayas conocido a esa bebé de la que siempre hablábamos. Te quiero. Siento no haberte escrito más poesías, no haber terminado antes mi libro; no haberte regalado esa segunda parte que

A corazón abierto

 El otro día tuvimos una conversación a corazón abierto -con nadie puedo, más que contigo-. Eso fue lo que me dijiste y yo callé un -me pasa lo mismo. Contigo desnudo mi alma sin pensármelo dos veces-. Pero para qué decírtelo, si cada vez que nos miramos nos vemos por dentro; si cada vez que nos abrazamos volvemos nuestros cuerpos eternidad hasta que el mundo real nos vuelve a avisar. Cada vez que tú me hablas, cada vez que te abres conmigo, siento ganas de ponerme a escribir. Quizá sea porque así fue nuestro comienzo, entre letras. Quizá sea porque quiero eternizar también tu alma, tus emociones, el amor que siento por ti. Quizá sean muchas cosas las que me tengan ahora aquí, entre el humo del incienso, sintiéndote, aunque no estés. Nos debemos unas cuantas estrellas, una noche en la que los recuerdos del pasado se vuelvan presente. Una noche donde solo estemos tú y yo. Somos dos almas que se encuentran a menudo y cuando eso pasa, nos amamos como se aman los artistas;  creando, sintié

agua salada en mi habitación.

 Me siento en la orilla del mar y, aunque son mis sábanas las que acarician mis piernas, siento cómo el agua salada roza mi piel. Solo veo esta oscura habitación y, sin embargo, al cerrar los ojos puedo ver un hermoso atardecer. Las nubes se tiñen de fuego y el agua refleja las brasas que calientan mi alma. Escucho a Lauren Renon, "Me and the Neon" y quiero creer que esa melodía que resuena en mi mente, no es otra que la de las olas golpeando con unas rocas que acabo de inventar. Qué bonita es la imaginación, ¿verdad? Que puede hacernos vivir lo que vimos y, al mismo tiempo, vivir aquello que nos gustaría estar viviendo.