Ir al contenido principal

Fotos viejas.

Hoy he estado viendo fotos viejas.
Una ironía.
Nuevo año, nostalgia, recuerdos.
Hoy eres tú, pero ayer fui yo.
Todos pasamos por todo. Todos pasamos por alto. ¿Entiendes? Muchas veces decimos: "Ojalá me pase tal..." u "ojalá no me pase lo otro". Pero, muchísimas veces, pasamos por alto las cosas buenas que nos pasan.

¡Qué manera de pensar!

Hoy he visto sonrisas en mi rostro que no sabía que tenía. He visto momentos que había olvidado. He visto besos a extraños, abrazos a los amigos que hoy no están. He visto lágrimas y momentos de debilidad. He visto mi sueño antes de cumplirse, y he ojeado a las estrellas que un día prometimos alcanzar.

Han pasado tantas personas por mi vida que podría decir que, en algún momento, quise que se quedaran...

Han pasado tantos huracanes... tantos vientos salvajes que intentaron arrasarme... Tantos tsunamis que me devolvieron la calma después de llevarse lo que ya no me servía.

En todas estas fotos viejas, también he visto conversaciones. Conversaciones tumbadas en mitad de la carretera mientras pensábamos en lo lejana que estaba la muerte (mientras a gente cercana le atacaba, y le arrebataba la vida).
Conversaciones.
Conversaciones tiradas en la cama mientras debatíamos las posibilidades de encontrar a nuestro "Príncipe azul". Hacíamos la cena mientras reíamos y pensábamos que jamás nos separaríamos, que siempre seríamos amigas.

He visto a mis "primeros amores" con el paso del tiempo, y a mis futuros abrazos imaginados en sueños.

Te he visto a ti, tan sonriente como siempre, cuando decías que amarías una vida conmigo.

Le he visto a él, cuando era un extraño. Le he vuelto a ver, cuando era mi vida.

Me he visto a mí, queriendo sentirme así, de nuevo. Queriendo jugar a las hermanas perfectas mientras buscamos una escusa para quedarnos siempre atadas. Atadas a la vida, a la vida juntas.

También he visto, en estas fotos, el primer partido de fútbol femenino que hice (inaugurándose también el equipo), con el brazalete en el brazo izquierdo y un gol por la escuadra derecha.
Las copas de tenis levantadas mientras no me lo creía.


Así que sí, hoy me he dado cuenta de que he estado viviendo una vida que no sabía que existía.

Comentarios

Entradas populares de este blog

y tú tampoco estás.

 Normalmente esto lo hubiera escrito de puño y letra y nunca hubiera visto la luz, pero estaba con el ordenador encendido y las ganas de escribirte me han podido. No he querido levantarme, prender la luz, perder el tiempo... Necesitaba decirte que lo siento, que estoy ardiendo por dentro de la pena que siento. Siento haber estado tan cansada algunas veces como para no sonreírte un poco más, como para no pasar a verte, como para no abrazarte con más fuerza. Siento haber estado triste algunas veces; enfadada otras. No contigo, no por ti, con la vida. Siento no haber sido siempre justa, no haberte tratado como tu alma se merecía.  Lo siento. Siento no haberte visto una última vez, no haberte dicho una vez más lo mucho que te quiero. Siento no haber llegado a ser la mujer que esperabas que fuera. Siento que no hayas conocido a esa bebé de la que siempre hablábamos. Te quiero. Siento no haberte escrito más poesías, no haber terminado antes mi libro; no haberte regalado esa segunda parte que

A corazón abierto

 El otro día tuvimos una conversación a corazón abierto -con nadie puedo, más que contigo-. Eso fue lo que me dijiste y yo callé un -me pasa lo mismo. Contigo desnudo mi alma sin pensármelo dos veces-. Pero para qué decírtelo, si cada vez que nos miramos nos vemos por dentro; si cada vez que nos abrazamos volvemos nuestros cuerpos eternidad hasta que el mundo real nos vuelve a avisar. Cada vez que tú me hablas, cada vez que te abres conmigo, siento ganas de ponerme a escribir. Quizá sea porque así fue nuestro comienzo, entre letras. Quizá sea porque quiero eternizar también tu alma, tus emociones, el amor que siento por ti. Quizá sean muchas cosas las que me tengan ahora aquí, entre el humo del incienso, sintiéndote, aunque no estés. Nos debemos unas cuantas estrellas, una noche en la que los recuerdos del pasado se vuelvan presente. Una noche donde solo estemos tú y yo. Somos dos almas que se encuentran a menudo y cuando eso pasa, nos amamos como se aman los artistas;  creando, sintié

agua salada en mi habitación.

 Me siento en la orilla del mar y, aunque son mis sábanas las que acarician mis piernas, siento cómo el agua salada roza mi piel. Solo veo esta oscura habitación y, sin embargo, al cerrar los ojos puedo ver un hermoso atardecer. Las nubes se tiñen de fuego y el agua refleja las brasas que calientan mi alma. Escucho a Lauren Renon, "Me and the Neon" y quiero creer que esa melodía que resuena en mi mente, no es otra que la de las olas golpeando con unas rocas que acabo de inventar. Qué bonita es la imaginación, ¿verdad? Que puede hacernos vivir lo que vimos y, al mismo tiempo, vivir aquello que nos gustaría estar viviendo.