Me empeño en parecer fuerte y aparentar poder con todos los obstáculos que me pone la vida y la verdad es que no, soy bastante débil. Últimamente no me afecta nada y por lo tanto tampoco me duele nada, pero sí que siento un gran vacío dentro de mí sin un motivo aparente. Puede que después de tantas decepciones y de tantas luchas haya aprendido a ser lo más apática posible, o que el hecho de concentrarme en ayudar al resto de personas haga que me de cuenta de que mi vida es buena dentro de lo que cabe y que siempre hay alguien que va a necesitar más de lo que yo necesito.
Normalmente esto lo hubiera escrito de puño y letra y nunca hubiera visto la luz, pero estaba con el ordenador encendido y las ganas de escribirte me han podido. No he querido levantarme, prender la luz, perder el tiempo... Necesitaba decirte que lo siento, que estoy ardiendo por dentro de la pena que siento. Siento haber estado tan cansada algunas veces como para no sonreírte un poco más, como para no pasar a verte, como para no abrazarte con más fuerza. Siento haber estado triste algunas veces; enfadada otras. No contigo, no por ti, con la vida. Siento no haber sido siempre justa, no haberte tratado como tu alma se merecía. Lo siento. Siento no haberte visto una última vez, no haberte dicho una vez más lo mucho que te quiero. Siento no haber llegado a ser la mujer que esperabas que fuera. Siento que no hayas conocido a esa bebé de la que siempre hablábamos. Te quiero. Siento no haberte escrito más poesías, no haber terminado antes mi libro; no haberte regalado esa segunda parte que
Comentarios
Publicar un comentario