Ir al contenido principal
"Jeremy tenía mucho miedo de enamorase de Alice. La vida le iba bien como estaba, con sus sábados locos que acababan con domingos al lado de la chica que había conocido la noche anterior, con sus borracheras entresemana y sus "Te quieros" fingidos, quizá era por eso por lo que nunca había pensado en compartir su día a día con otra persona pero, desde que conocio a Alice todo cambió.
Sus borracheras habían dejado de tener sentido, pasaba los domingos solo, buscando la manera de empezar una conversación con ella y que pasara del "Me alegro." y por supuesto, nadie más ha oído un 'Te quiero' de sus labios.
Tras unos días un poco desesperantes sin ella, decidió decirle lo que sentía con unas simples palabras aunque como era de esperar, no tenía el valor de decirselo a la cara y le escribió un mensaje de texto:
 -Alice, necesito decirte una cosa. No sé si vas a leerlo y tampoco sé si es lo que quieres leer, pero te quiero. Sí, te quiero y créeme, he pronunciado estas palabras demasiadas veces delante de las chicas, pero contigo no tengo el valor de hacerlo y por eso sé que es verdadero. Tenía miedo a enamorarme y mírame, he acabado pillado hasta las trancas, con la sonrisa rota y el orgullo a rastras por ti. Por favor, aunque tus sentimientos no sean los mismos, contéstame.

Pasaban las horas y Alice se conectaba, pero no contestaba. Los nervios de Jeremy aumentaron tanto que decidió comenzar a beber y salir de fiesta. Cuando una chica, creo que se llamaba Sara, se acercó a él, la confundió con Alice y la besó, pero no sintió absolutamente nada así que se marchó tras unas disculpas un poco fingidas.

A la mañana siguiente, con su resaca cogió el móvil y tenía una inesperada respuesta de la persona, ahora, más importante en su vida.
-Pensaba que no me lo ibas a decir nunca Jeremy, llevo años enamorada de ti. Si realmente sientes, eso ve a las doce a "Green park". Te espero.

Faltaban solo cinco minutos para la hora, pero Jeremy parecía que había usado una máquina del tiempo y tan solo se retrasó cinco minutos. 

Por fin, el chico que nunca pensaba enamorase, había encontrado a la persona que rompía todos sus esquemas, con la que, por cierto,
quería pasar el resto de su vida."

Comentarios

Entradas populares de este blog

y tú tampoco estás.

 Normalmente esto lo hubiera escrito de puño y letra y nunca hubiera visto la luz, pero estaba con el ordenador encendido y las ganas de escribirte me han podido. No he querido levantarme, prender la luz, perder el tiempo... Necesitaba decirte que lo siento, que estoy ardiendo por dentro de la pena que siento. Siento haber estado tan cansada algunas veces como para no sonreírte un poco más, como para no pasar a verte, como para no abrazarte con más fuerza. Siento haber estado triste algunas veces; enfadada otras. No contigo, no por ti, con la vida. Siento no haber sido siempre justa, no haberte tratado como tu alma se merecía.  Lo siento. Siento no haberte visto una última vez, no haberte dicho una vez más lo mucho que te quiero. Siento no haber llegado a ser la mujer que esperabas que fuera. Siento que no hayas conocido a esa bebé de la que siempre hablábamos. Te quiero. Siento no haberte escrito más poesías, no haber terminado antes mi libro; no haberte regalado esa segunda parte que

A corazón abierto

 El otro día tuvimos una conversación a corazón abierto -con nadie puedo, más que contigo-. Eso fue lo que me dijiste y yo callé un -me pasa lo mismo. Contigo desnudo mi alma sin pensármelo dos veces-. Pero para qué decírtelo, si cada vez que nos miramos nos vemos por dentro; si cada vez que nos abrazamos volvemos nuestros cuerpos eternidad hasta que el mundo real nos vuelve a avisar. Cada vez que tú me hablas, cada vez que te abres conmigo, siento ganas de ponerme a escribir. Quizá sea porque así fue nuestro comienzo, entre letras. Quizá sea porque quiero eternizar también tu alma, tus emociones, el amor que siento por ti. Quizá sean muchas cosas las que me tengan ahora aquí, entre el humo del incienso, sintiéndote, aunque no estés. Nos debemos unas cuantas estrellas, una noche en la que los recuerdos del pasado se vuelvan presente. Una noche donde solo estemos tú y yo. Somos dos almas que se encuentran a menudo y cuando eso pasa, nos amamos como se aman los artistas;  creando, sintié

agua salada en mi habitación.

 Me siento en la orilla del mar y, aunque son mis sábanas las que acarician mis piernas, siento cómo el agua salada roza mi piel. Solo veo esta oscura habitación y, sin embargo, al cerrar los ojos puedo ver un hermoso atardecer. Las nubes se tiñen de fuego y el agua refleja las brasas que calientan mi alma. Escucho a Lauren Renon, "Me and the Neon" y quiero creer que esa melodía que resuena en mi mente, no es otra que la de las olas golpeando con unas rocas que acabo de inventar. Qué bonita es la imaginación, ¿verdad? Que puede hacernos vivir lo que vimos y, al mismo tiempo, vivir aquello que nos gustaría estar viviendo.