Nos íbamos perdiendo cada día un poco más, ¿Recuerdas? Tú no aguantabas mis cambios de humor y yo no podía soportar tus idas y venidas. Pero Dios, sonreías y eso me daba igual. ¿Dolías? Por supuesto. La verdad es no te imaginas lo feliz que me hacías con cualquier tontada.
Tuvimos que perdernos del todo para darmos cuenta de lo mucho que nos necesitamos y hoy, tengo que dar gracias a todo el daño que nos hicimos un día ya que ahora soy fuerte y he aprendido a valorar antes de perder.
Normalmente esto lo hubiera escrito de puño y letra y nunca hubiera visto la luz, pero estaba con el ordenador encendido y las ganas de escribirte me han podido. No he querido levantarme, prender la luz, perder el tiempo... Necesitaba decirte que lo siento, que estoy ardiendo por dentro de la pena que siento. Siento haber estado tan cansada algunas veces como para no sonreírte un poco más, como para no pasar a verte, como para no abrazarte con más fuerza. Siento haber estado triste algunas veces; enfadada otras. No contigo, no por ti, con la vida. Siento no haber sido siempre justa, no haberte tratado como tu alma se merecía. Lo siento. Siento no haberte visto una última vez, no haberte dicho una vez más lo mucho que te quiero. Siento no haber llegado a ser la mujer que esperabas que fuera. Siento que no hayas conocido a esa bebé de la que siempre hablábamos. Te quiero. Siento no haberte escrito más poesías, no haber terminado antes mi libro; no haberte regalado esa segunda parte que
Comentarios
Publicar un comentario