-Estoy echa pedazos -decía.
-No puedo más -repetía.
Ella siempre decía que no tenía motivos por los que seguir. Ella nunca podía dormir; quería quedarse despierta para arrepentirse de todos sus errores. De hecho, creía que nunca hacía nada bien. Es más, estaba perdida. Estaba rota; era una persona cortante; cuyos trozos de cristal querían clavarse en su corazón...
-No puedo más -repetía.
Ella siempre decía que no tenía motivos por los que seguir. Ella nunca podía dormir; quería quedarse despierta para arrepentirse de todos sus errores. De hecho, creía que nunca hacía nada bien. Es más, estaba perdida. Estaba rota; era una persona cortante; cuyos trozos de cristal querían clavarse en su corazón...
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