Necesito una cura. Me temo que mi vida depende de que encuentre una solución a esta enfermedad mortal.
Hablo del amor.
Necesito que "cupido" se encargue de romper la flecha con la que atravesó mi corazón, porque se clava cada día más, y no hay manera de liberarme de este dolor.
Me sorprendo cuando a media noche no puedo dejar de amar tus recuerdos. Pero por mucho que intente ocultar mis sentimientos... he entendido que no tiene sentido hacerlo. Hay miradas que nunca podré evitar, hay sonrisas que siempre me harán sonreír.
Necesito sacarte de mi mente, porque te has quedado refugiado tan, tan dentro que te encuentro siempre en otros rostros. No importa en cuantos labios haya intentando quitarme el sabor de tus besos, porque al final siempre busco los tuyos.
Perdóname, amor, pero necesito curarme de ti.
La bala de tu amor me ha rozado el corazón, y he olvidado respirar si no eres tú quien bombea la sangre.
Sé que el único lazo indestructible es el que se tiene con uno mismo, pero ¿cómo deshacerme de ti, si sigues siendo parte de mi ser?
¿sabes? también sé que la cura depende de mí, que el día que decida dejarte atrás, podré hacerlo. Sé que me encontraré a mí misma y que aprenderé a quererme mejor. Al fin y al cabo, eso es lo que me une tanto a ti... que tú me enseñaste a creer en mí. A quererme. A cuidarme...
Cada vez que te decía que no podía más, que no sabía cómo hacerlo... me mirabas a los ojos y me hacías demostrarme a mí misma que con esfuerzo... podía conseguirlo. Te tumbabas a mi lado cuando no podía levantarme del suelo, y esperabas a que estuviera lista para hacerlo.
Caminabas a mi lado. Ni delante, ni detrás de mí.
Encendías el fuego que alguien decidió arrebatarme. Respetaste mis tiempos, escuchaste cómo latía mi corazón cuando te contaba la peor historia de mi vida.
Me quisiste.
Esperaste años a que te eligiera, disfrutamos cada día, porque sabíamos que si no nos enamorábamos cada día... lo nuestro podría desaparecer. Queríamos ser eternos... y lo fuimos, hasta que el amor murió.
Siempre tendremos miles de recuerdos compartidos, y no habrá nadie que pueda ocupar nuestro lugar.
Nos quisimos. Nos quisimos como dos almas que buscaban complementarse.
Decidimos alejarnos, y no me arrepiento. Pero siento que a cada paso que doy, me arranco la piel. Piel que sellaste con tu amor.
Pero ya no estás, y necesito curarme de ti.
Necesito sacarte de mí.
Cada vez que te decía que no podía más, que no sabía cómo hacerlo... me mirabas a los ojos y me hacías demostrarme a mí misma que con esfuerzo... podía conseguirlo. Te tumbabas a mi lado cuando no podía levantarme del suelo, y esperabas a que estuviera lista para hacerlo.
Caminabas a mi lado. Ni delante, ni detrás de mí.
Encendías el fuego que alguien decidió arrebatarme. Respetaste mis tiempos, escuchaste cómo latía mi corazón cuando te contaba la peor historia de mi vida.
Me quisiste.
Esperaste años a que te eligiera, disfrutamos cada día, porque sabíamos que si no nos enamorábamos cada día... lo nuestro podría desaparecer. Queríamos ser eternos... y lo fuimos, hasta que el amor murió.
Siempre tendremos miles de recuerdos compartidos, y no habrá nadie que pueda ocupar nuestro lugar.
Nos quisimos. Nos quisimos como dos almas que buscaban complementarse.
Decidimos alejarnos, y no me arrepiento. Pero siento que a cada paso que doy, me arranco la piel. Piel que sellaste con tu amor.
Pero ya no estás, y necesito curarme de ti.
Necesito sacarte de mí.
Comentarios
Publicar un comentario