Ir al contenido principal

Dieciséis ^^

Bueno, esta noche no la hemos acabado muy bien ninguna de las dos... así que, por lo menos, merecemos empezar el día con una gran sonrisa (si tú sonríes, yo también... no es por meter presión, ni nada).
Te mereces ser feliz, ¿sabes por qué?

El día que te conocí, me quedé boquiabierta al darme cuenta de lo fuerte que eras. No sé,  tenías cuántos, ¿trece? ¿catorce? y eras más madura que cualquier persona de mi edad. Poco a poco, me fuiste contando lo jodida que había sido tu vida, y lo mucho que habías tenido que luchar... y yo me sentí orgullosa de ti, porque a pesar de que la vida intentaba hundirte, tu seguías luchando por permanecer a flote...
Cuando nos enfadábamos, luchabas por mí, y por eso, te descuidé. Pero el tiempo, el destino, o nosotras mismas, acabamos volviendo a unirnos, y volví a darme cuenta de lo fuerte que eras. De lo mucho que te necesitaba en mi vida.

Es irónico, porque yo siempre he creído que era fuerte, pero no sé, te veo y pienso: "Joder, ojalá fuera como ella. Ojalá tuviera tanta fuerza." Lo gracioso es que, entonces, llegas tú y haces que me sienta bien, que me sienta fuerte. Así que es como si tuviera tu fortaleza también, y por eso quiero que sepas que yo también voy a cederte la mía cada vez que la necesites.
Hace unas semanas, te dije que yo no tengo mejores amigos como tal. Que si un día alguien está más que el resto, para mí, ese día, será mi mejor amig@, pero tú... tú estás TODOS los días, sin importar lo rota que estés tú... Así, que sin lugar a dudas, eres la persona, a la que puedo llamar "mejor amiga" en cualquier momento... y me siento feliz de que seas tú. Porque nunca te rindes, porque luchas por lo que quieres, y porque sabes lo que necesitas para ser feliz.
Me gusta que cuentes conmigo cuando no sabes lo que te pasa, y que confíes en mí, cuando necesitas que alguien guarde un secreto, Me gusta esa manía que tienes de aparecer en cualquier momento para sacarme una sonrisa... y que seas capaz de todo, por verme sonreír. Por verme feliz...

Me gustan las tardes que paso contigo, o las noches que pasamos intentando huir de la realidad.
Me gusta que te quedes hablando conmigo por las noches cuando sabes que la vida no va a dejarme pegar ojo, me gusta que me cuides. Me gusta que me protejas... joder, Andrea, me gusta que te permanezcas junto a mí.
¿Te imaginas cómo hubiera sido nuestra vida si no nos hubiéramos conocido?
Yo, seguramente, seguiría desconfiando de los 'para siempre', seguiría mandando a la mierda a aquellas personas que me importan, seguiría sin saber lo que quiero... seguiría sin ser yo, porque tú me has hecho ser lo que soy...No sé, mi vida, sin ti, hubiera sido totalmente diferente...

Y no sé a quién coño agradecerle esto. Porque si eres una casualidad, eres la mejor de todas. Y si eres obra del destino... soy afortunada. Porque hay más de siete mil millones de personas en el mundo... y yo te conocí a ti, ¿por qué tú? ¿Por qué nosotras?
Supongo, que si la vida ha querido que nos conociéramos, es por algo... así que, mejor amiga, voy a luchar porque esto dure toda la vida...
(Sí, soy yo. Y sí, te estoy jurando un para siempre.)
Te quiero mucho, pequeña.
No olvides luchar por TU felicidad, porque es lo único que va a servirte a lo largo de la vida...mira por ti, ¿vale? porque la vida es demasiado incierta como para mirar por alguien que no es capaz de mirar por ti. Ya sabes, mira quién está dispuesto a morir por ti, antes de matar por nadie...

Sonríe, y no dejes que nadie, ni nada, arruine tu día.


Te quiero. 
Eterna dieciséis.

Comentarios

Entradas populares de este blog

y tú tampoco estás.

 Normalmente esto lo hubiera escrito de puño y letra y nunca hubiera visto la luz, pero estaba con el ordenador encendido y las ganas de escribirte me han podido. No he querido levantarme, prender la luz, perder el tiempo... Necesitaba decirte que lo siento, que estoy ardiendo por dentro de la pena que siento. Siento haber estado tan cansada algunas veces como para no sonreírte un poco más, como para no pasar a verte, como para no abrazarte con más fuerza. Siento haber estado triste algunas veces; enfadada otras. No contigo, no por ti, con la vida. Siento no haber sido siempre justa, no haberte tratado como tu alma se merecía.  Lo siento. Siento no haberte visto una última vez, no haberte dicho una vez más lo mucho que te quiero. Siento no haber llegado a ser la mujer que esperabas que fuera. Siento que no hayas conocido a esa bebé de la que siempre hablábamos. Te quiero. Siento no haberte escrito más poesías, no haber terminado antes mi libro; no haberte regalado esa segunda parte que

A corazón abierto

 El otro día tuvimos una conversación a corazón abierto -con nadie puedo, más que contigo-. Eso fue lo que me dijiste y yo callé un -me pasa lo mismo. Contigo desnudo mi alma sin pensármelo dos veces-. Pero para qué decírtelo, si cada vez que nos miramos nos vemos por dentro; si cada vez que nos abrazamos volvemos nuestros cuerpos eternidad hasta que el mundo real nos vuelve a avisar. Cada vez que tú me hablas, cada vez que te abres conmigo, siento ganas de ponerme a escribir. Quizá sea porque así fue nuestro comienzo, entre letras. Quizá sea porque quiero eternizar también tu alma, tus emociones, el amor que siento por ti. Quizá sean muchas cosas las que me tengan ahora aquí, entre el humo del incienso, sintiéndote, aunque no estés. Nos debemos unas cuantas estrellas, una noche en la que los recuerdos del pasado se vuelvan presente. Una noche donde solo estemos tú y yo. Somos dos almas que se encuentran a menudo y cuando eso pasa, nos amamos como se aman los artistas;  creando, sintié

agua salada en mi habitación.

 Me siento en la orilla del mar y, aunque son mis sábanas las que acarician mis piernas, siento cómo el agua salada roza mi piel. Solo veo esta oscura habitación y, sin embargo, al cerrar los ojos puedo ver un hermoso atardecer. Las nubes se tiñen de fuego y el agua refleja las brasas que calientan mi alma. Escucho a Lauren Renon, "Me and the Neon" y quiero creer que esa melodía que resuena en mi mente, no es otra que la de las olas golpeando con unas rocas que acabo de inventar. Qué bonita es la imaginación, ¿verdad? Que puede hacernos vivir lo que vimos y, al mismo tiempo, vivir aquello que nos gustaría estar viviendo.