Era un martes cualquiera de abril. Lo recuerdo como si fuese ayer... ¿Lo sería realmente?
Estábamos las dos en mitad de una discusión: <<¿Ahora o mañana?>> tú defendías la segunda opción, ¿te acuerdas? decías que ahora no estabas preparada, y que seguramente, con algún día más de preparación, lo harías mucho mejor.
Gracias a eso, aprendí que el miedo nos condiciona a diario. Por ejemplo, si queremos hablar con alguien, tenemos miedo de que la otra parte no quiera. Miedo a lo que pensará, miedo a no tener los resultados que esperamos.... Pero una persona muy sabia dijo que el miedo es la ausencia de felicidad. Por lo tanto, si hacemos aquello que nos hace felices, no tenemos miedo. De lo cual, podemos deducir, que el miedo no existe.
Sí, parece una locura decir que el miedo no existe. Pero mira, si con felicidad, no hay miedo. Con dolor, todavía menos, porque el dolor se acaba superando, y por lo tanto... volvemos a la felicidad. Toda la vida ha habido disputas entre el "Ser o no ser", como Parménides con su ser, es y el no ser, no puede ser ni pensado... o el no ser relativo de Platón. Pero hoy, he aprendido que si creemos en nuestras posibilidades, si creemos en nosotros mismos, no hay ningún estado parecido al "miedo" y yo, hoy, creo en mí.
También dicen que la felicidad llega sola, y que buscarla es una estupidez. Pero yo creo, que buscarla, también es una manera indirecta de encontrarla. Porque veréis, si nosotros queremos encontrar a alguien que nos quiera, y esa persona, llega sola. Indirectamente, la hemos buscado previamente (aunque sea inconscientemente) Por ello, yo creo, que si se presenta una oportunidad para hacernos felices, debemos cogerla. Pero sin miedo... Porque si le damos un significado a esta palabra, estamos perdidos.
Mira, un claro ejemplo es este: A esa sensación de no ser suficiente para alguien, yo le di este significado: Miedo a ser sustituida. Pero, en realidad, no era miedo como tal. Era un pensamiento negativo. Por lo tanto, si no queremos tener "miedo", tenemos que empezar por hacer transmutaciones de lo negativo a lo positivo.
Ahora estarán los típicos que me dirán que no todo puede verse de ese modo, pero es mentira. Mira, incluso de la muerte, que es una de las cosas que más trágicas suelen parecernos, se puede sacar algo positivo: Aquellas personas que nos dejan, jamás derramarán una lágrima más. Y para nosotros, lo positivo, es dejar de verles sufrir...
Bueno, lo que quiero decir con todo esto, es que, cualquier segundo puede ser el último...De hecho, en este momento, alguien acaba de morir.
Hace unos días, dos adolescentes se quitaron la vida, y tiempo atrás, otros tantos más. Nunca sabemos cuando va a ser el último día que veamos a alguien, ni cuando va a ser nuestro último suspiro... Por eso, yo escribo cartas, escribo cartas para tener la oportunidad de despedirme una vez más... Aunque, realmente, con lo que voy a quedarme de verdad va a ser con los momentos que comparta hasta que mi corazón deje de bombear...
Así que, si quieres hacer algo, hazlo. Déjate de tontadas, y deja ese estado, al que tú llamas miedo, atrás. Porque estás perdiendo las oportunidades que, posiblemente, nunca más vuelvan a presentarse en tu vida... Y también, deja de lado la estúpida idea de dejar para mañana las cosas que no estás dispuesta a hacer hoy, porque, sinceramente, es posible que ese mañana nunca llegue.
Estábamos las dos en mitad de una discusión: <<¿Ahora o mañana?>> tú defendías la segunda opción, ¿te acuerdas? decías que ahora no estabas preparada, y que seguramente, con algún día más de preparación, lo harías mucho mejor.
Gracias a eso, aprendí que el miedo nos condiciona a diario. Por ejemplo, si queremos hablar con alguien, tenemos miedo de que la otra parte no quiera. Miedo a lo que pensará, miedo a no tener los resultados que esperamos.... Pero una persona muy sabia dijo que el miedo es la ausencia de felicidad. Por lo tanto, si hacemos aquello que nos hace felices, no tenemos miedo. De lo cual, podemos deducir, que el miedo no existe.
Sí, parece una locura decir que el miedo no existe. Pero mira, si con felicidad, no hay miedo. Con dolor, todavía menos, porque el dolor se acaba superando, y por lo tanto... volvemos a la felicidad. Toda la vida ha habido disputas entre el "Ser o no ser", como Parménides con su ser, es y el no ser, no puede ser ni pensado... o el no ser relativo de Platón. Pero hoy, he aprendido que si creemos en nuestras posibilidades, si creemos en nosotros mismos, no hay ningún estado parecido al "miedo" y yo, hoy, creo en mí.
También dicen que la felicidad llega sola, y que buscarla es una estupidez. Pero yo creo, que buscarla, también es una manera indirecta de encontrarla. Porque veréis, si nosotros queremos encontrar a alguien que nos quiera, y esa persona, llega sola. Indirectamente, la hemos buscado previamente (aunque sea inconscientemente) Por ello, yo creo, que si se presenta una oportunidad para hacernos felices, debemos cogerla. Pero sin miedo... Porque si le damos un significado a esta palabra, estamos perdidos.
Mira, un claro ejemplo es este: A esa sensación de no ser suficiente para alguien, yo le di este significado: Miedo a ser sustituida. Pero, en realidad, no era miedo como tal. Era un pensamiento negativo. Por lo tanto, si no queremos tener "miedo", tenemos que empezar por hacer transmutaciones de lo negativo a lo positivo.
Ahora estarán los típicos que me dirán que no todo puede verse de ese modo, pero es mentira. Mira, incluso de la muerte, que es una de las cosas que más trágicas suelen parecernos, se puede sacar algo positivo: Aquellas personas que nos dejan, jamás derramarán una lágrima más. Y para nosotros, lo positivo, es dejar de verles sufrir...
Bueno, lo que quiero decir con todo esto, es que, cualquier segundo puede ser el último...De hecho, en este momento, alguien acaba de morir.
Hace unos días, dos adolescentes se quitaron la vida, y tiempo atrás, otros tantos más. Nunca sabemos cuando va a ser el último día que veamos a alguien, ni cuando va a ser nuestro último suspiro... Por eso, yo escribo cartas, escribo cartas para tener la oportunidad de despedirme una vez más... Aunque, realmente, con lo que voy a quedarme de verdad va a ser con los momentos que comparta hasta que mi corazón deje de bombear...
Así que, si quieres hacer algo, hazlo. Déjate de tontadas, y deja ese estado, al que tú llamas miedo, atrás. Porque estás perdiendo las oportunidades que, posiblemente, nunca más vuelvan a presentarse en tu vida... Y también, deja de lado la estúpida idea de dejar para mañana las cosas que no estás dispuesta a hacer hoy, porque, sinceramente, es posible que ese mañana nunca llegue.
Comentarios
Publicar un comentario