Escribir en un papel todo lo que aún está por suceder.
Hacerlo realidad.
Sorprenderse con las cosas que no estaban previstas.
Fluir, dejarse llevar por los ríos de la imaginación.
Naufragar en un océano lleno de posibilidades...
y cerrar los ojos
porque lo mejor...
lo mejor
SIEMPRE
está por llegar.
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