Muchas noches veo la Luna y siento que me abraza. Las estrellas me llenan el alma, pero hay instantes en los que las siento mucho más lejanas.
Supongo que eso pasa con algunas personas. Están ahí, y dan calor, pero son los brazos de alguien más los que necesitas.
Hay almas que son oasis, almas que son como tragos de agua en mitad del desierto; mentes que dan refugio a otras mentes. Cuerpos que, entrelazados con tu cuerpo, son el paraíso.
A veces necesito a la Luna... y, a veces, te necesito a ti.
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